Vamos, no se queden ahí, rápido, lento, con calma.
No se apresuren, no empiecen con poemas de amor, que son los más difíciles, esperen al menos a tener ochenta años.
Escriban sobre otras cosas... no sé... sobre el mar, el viento, un radiador, un tranvía retrasado. No hay una cosa más poética que otra.
¿Han entendido?
La poesía no está afuera, sino adentro de uno. No me preguntes qué es la poesía, mírate al espejo, la poesía eres tú.
Adornen sus poemas, elijan bien las palabras, ¡deben de escoger! A veces se tarda ocho meses en encontrar una palabra.
Elijan. La belleza comenzó cuando la gente empezó a elegir.
Desde Adán y Eva. ¿Saben cuánto tardo Eva en elegir la hoja de parra justa?
¿Y ésta, y ésta? Dejo el paraíso terrestre sin hojas.
Enamórense. Si no aman muere todo, muere todo. Enamórense y todo cobra vida, todo se mueve. Despilfarren su alegría, disipen su júbilo. Callen o entristezcan con entusiasmo, arrojen su felicidad hacia otro.
¿Cómo se hace?, Déjenme ver mis apuntes que se me olvidó.
Eso deben de hacer. No puedo leerlo y ya se me olvidó.
Para transmitir la felicidad, deben ser felices. Para transmitir el dolor, deben ser felices.
¡Sean Felices! Deben estar mal y sufrir; no tengan miedo a sufrir, ¡Todo el mundo sufre! Si no tienen los medios, no se preocupen.
Para hacer poesía una sola cosa es necesaria: todo.
¿Han entendido?
No busquen la novedad... la novedad es la cosa más vieja que hay.
Y si los versos no les llegan en esta posición, ni en esta y así menos...
Echense al piso, pónganse así.
Acostados verán el cielo, miren que belleza. ¿Por qué no lo hice antes?
¿Qué miran? Los poetas no miran, ven.
Que las palabras los obedezcan. Si la palabra “muro” no obedece, no la vuelvan a usarla en ocho años, así aprenderá.
¿Qué es eso? Ni idea.
Eso es belleza, como aquellas versos, que quiero que se queden ahí para siempre.
Bueno, borren todo, devemos empezar.
Terminó la lección. Adiós muchachos, hasta el miércoles… jueves.
Adiós, hasta luego.