jueves, 29 de abril de 2010

Any where out of the world

Ayer tuve una tarde muy agradable con mi amigo Champi. Una tarde universitaria de buenas platicas, café y poesía.

Entre esos versos y poemas está el que hoy comparto con ustedes, que me gustó mucho:

(a falta de una traducción que me pareciera decente les pongo la versión original, aunque sea un acto medio snobico, pero no os preocupéis, abajo pongo una versión 2-2 en castellano)


Any where out of the world
(N'importe où hors du monde)

Charles Baudelaire

Cette vie est un hôpital où chaque malade est possédé du désir de changer de lit. Celui-ci voudrait souffrir en face du poële, et celui-là croit qu'il guérirait à côté de la fenêtre.

Il me semble que je serais toujours bien là où je ne suis pas, et cette question de déménagement en est une que je discute sans cesse avec mon âme.

«Dis-moi, mon âme, pauvre âme refroidie, que penserais-tu d'aller d'habiter Lisbonne? Il doit y faire chaud, et tu t'y ragaillardirais comme un lézard. Cette ville est au bord de l'eau; on dit qu'elle est bâtie en marbre, et que le peuple y a une telle haine du végétal, qu'il arrache tous les arbres. Voilà un paysage selon ton goût; un paysage fait avec la lumière et le minéral, et le liquide pour les réfléchir!»

Mon âme ne répond pas.

«Puisque tu aimes tant le repos, avec le spectacle du mouvement, veux-tu venir habiter la Hollande, cette terre béatifiante? Peut-être te divertiras-tu dans cette contrée dont tu as souvent admiré l'image dans les musées. Que penserais-tu de Rotterdam, toi qui aimes les forêts de mâts, et les navires amarrés au pied des maisons?»

Mon âme reste muette.

«Batavia te sourirait peut-être davantage? Nous y trouverions d'ailleurs l'esprit de l'Europe marié à la beauté tropicale.»

Pas un mot. -- Mon âme serait-elle morte?

En es-tu donc venue à ce point d'engourdissement que tu ne te plaises que dans ton mal? S'il en est ainsi, fuyons vers les pays qui sont les analogies de la Mort. -- Je tiens notre affaire, pauvre âme! Nous ferons nos malles pour Tornéo. Allons plus loin encore, à l'extrême bout de la Baltique; encore plus loin de la vie, si c'est possible; installons-nous au pôle. Là le soleil ne frise qu'obliquement la terre, et les lentes alternatives de la lumière et de la nuit suppriment la variété et augmentent la monotonie, cette moitié du néant. Là, nous pourrons prendre de longs bains de ténèbres, cependant que, pour nous divertir, les aurores boréales nous enverront de temps en temps leurs gerbes roses, comme des reflets d'un feu d'artifice de l'Enfer!»

Enfin, mon âme fait explosion, et sagement elle me crie: «N'importe où! n'importe où! pourvu que ce soit hors de ce monde!»

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Any where out of the world
(No importa dónde, pero fuera del mundo)

Charles Baudelaire

La vida es un hospital donde cada enfermo está poseído del deseo de cambiar de cama. Este quisiera sufrir frente al calefactor y aquél supone que se curaría al lado de la ventana.

Siempre me parece que estaría mejor donde no estoy, y este problema de mudanza lo discuto con mi alma infatigablemente.

"Dime alma mía, fría y pobre alma, ¿qué dirías si fuéramos a Lisboa? Debe hacer calor, y te regodearías como lagarto. La ciudad está a la orilla del agua; cuentan que está edificada en mármol, y que el pueblo detesta a tal grado lo vegetal que arranca todos los árboles. ¡Es un paisaje para tu gusto, un paisaje hecho de luz y mineral, y con lo líquido para reflejarlos!"

Mi alma no contesta.

"Pues te agrada tanto el reposo, con el espectáculo del movimiento, ¿quieres ir a vivir a Holanda, tierra beatífica? Acaso te divertirías en este país del que has admirado a menudo la imagen en los museos. A ti que te agradan los bosques de mástiles y los navíos amarrados al pie de las casas, ¿qué te parecería Rotterdam?"

Mi alma sigue muda.

"¿Batavia te sonreiría más, tal vez? Encontraríamos además el espíritu de Europa en nupcias con la belleza tropical".

Ni una palabra ¿habrá muerto mi alma?

"Has llegado, pues, a un grado tal de entorpecimiento que sólo disfrutas de tu mal? Si es así, huyamos hacia los países que son analogías de la muerte. ¡Conozco mi negocio, pobre alma! Hagamos maletas para ir a Borneo. Iremos más lejos aún, al último extremo del Báltico; más lejos de la vida, si es posible, instalémonos en el polo. Allí el sol sólo toca oblicuamente la tierra, y las lentas alternancias de la luz y la noche suprimen la variedad y alimentan la monotonía, esa mitad de la nada. ¡Allí tomaremos baños prolongados de tinieblas, pese a que, para divertirnos, las auroras boreales nos enviarán de vez en vez haces rosados, como fuegos artificiales del infierno!".

Al fin mi alma estalló y sabiamente me gritó: "¡No importa dónde! ¡No importa! ¡Pero fuera del mundo!"

1 comentarios:

ilse dijo...

excelente, gracias por compartir