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martes, 9 de noviembre de 2010

Síntoma #3

Cuando no puedes dormir
te pican los ojos
sólo quieres descansar
mirar las estrellas de sus pupilas
perderte en la corriente

martes, 1:32 am

miércoles, 3 de noviembre de 2010

La Noche Verde

Fuimos al parque al lado de la casa de Paty. Todo listo: los vasos, el agua, el azúcar, las cucharas y por supuesto, la botella del misterioso licor verde.
El ritual comienza, sirves un poco de agua, colocas la cuchara sobre el vaso, con un terrón de azúcar chino encima, derramas el líquido verde hasta llenar el recipiente y lo prendes en llamas, esperando que se derrita el azúcar. Al hacerlo, apagas las llamas, retiras la cuchara y tragas la fuerte bebida caliente y con sabor a anís, dulce y con mucho alcohol. El efecto que te produce es muy peculiar, no como dicen, o al menos no esta vez a mi punto de ver. En la caja se leía: “Después del primer vaso, ves las cosas como crees que son, luego del segundo, ves el mundo como lo quieres ver y tras el tercero ves la realidad como realmente es, y no es bonito” o algo por el estilo, frase según dicha por Oscar Wilde.
Pero en mi caso fue diferente, nuestro caso, pues éramos seis. Pero bueno, no se como lo vivieron los demás.
Te mareas mucho, y te pega desde el principio, y pega duro, cual martillo contra yunque. Al recorrer tu garganta sientes como quema tu esófago lentamente, la intensidad depende de que tan diluido este la llamada Hada Verde.
Lo interesante es que no es como emborracharse con cualquier otra cosa, es una sensación diferente, imposible de explicar en palabras.
El nivel de la botella desciende poco a poco, cada vez estamos más alegres. Quique se tiene que ir, algo con Tania. El resto permanece. Uno empieza a decir las cosas no como se intencionan, se habla de los ruidos que hace el otro (el caballo). Pronto ya no estamos sentados, todo mundo de pie en esa noche fría. Un trío de amigas nos visita inesperadamente, se quedan un rato a platicar. La botella circula y su nivel disminuye aun más.
Y ahí nos tienes, jugando en los juegos infantiles como niños, riendo a todo pulmón, encontrando el equilibrio del caballito móvil, colgándose de los columpios y demás locuras pueriles. En algún momento nuestras amigas se marchan, o se quedan? Sinceramente ya no recuerdo con claridad…
La botella se acaba, nos cansamos del parque y empezamos a recorrer las calles de esa bella ciudad durmiente, pasándola bien.
Pronto unos brincan a los otros, continuamente riendo. Al encontrar cojines en una esquina, el paseo se convierte en una loca batalla de almohadones en movimiento, una persecución demoníaca, dando, lanzando, y recibiendo cojinazos por doquier, todos contra todos, recorriendo velozmente las calles renacentistas. Todo mundo se divierte y disfruta el momento, sin preocupaciones. Risas y gritos oiría quien se asomara por alguna ventana al vernos pasar.
Lo sucedido después no lo tengo muy claro, no por los efectos de la bebida, o tal vez si, pero mas bien por el paso del tiempo. Lo único que se es que llegué intacto y conciente a mi casa, callado y con discreción para no despertar a los señores. Me lave los dientes, puse la piyama y tome un vaso de agua, lo de siempre después de una noche de juerga. Me acosté a dormir unas escasas horas, pues al día siguiente, tocaba amanecer temprano para ir a la estación, a tomar el autobús que nos llevara a conocer otro pueblo nuevo, con cruda y todo…

(2008)

sábado, 14 de agosto de 2010

16 de enero

Perdido en un muro, buscándote.
Oigo la música, siento el movimiento
no hallo tus abrazos.

Sé que me esperas,
pero aún no puedo llegar.

Me muevo, me escondo,
trato de volar.

Mis ojos se llenan de arena
y lava fluye por mis venas

Je ne me souvien plus

El mundo me aprisiona,
no sé donde quedó el piso
y Froid me ataca con un pincel.

Siento como se acercan los cuervos,
los ángeles cantan desde arriba
y millones de ninfas se asoman.

¿Estaré cuerdo?
¿O simplemente necesito que me des cuerda?

Los cornos me hablan,
las cuerdas me desprecian.
Soy totalmente influenciable por la música.

¿Quién te dijo que no soporto verte llorar?
¿Sabes cuánto te quiero?

lunes, 8 de febrero de 2010

Homecoming

Esto termina aquí.
Finalmente regreso.
He recorrido muchos caminos,
pisado muchas piedras.
he aprendido y olvidado.

Conocí anarquistas, maestros, agricultores y futuras psicólogas.
Jardineros, escultores, voluntarios y unos cuantos estudiantes.
Varios arqueólogos, dos constructores y más de un budista.
Conocí hombres y mujeres. Amigos.

Visite bares e iglesias,
tres mezquitas y una sinagoga.
Subí montañas,
nadé bajo la luna.
Sonreí a tu lado
y lloré en un aeropuerto.

Perdí cosas, compré unas cuantas.
Viví
y el tiempo pasó.

Vi el pasado y temblé ante mi futuro.
Cambié, no soy el mismo de ayer.

Pero ya estoy aquí.

viernes, 11 de diciembre de 2009

Oradour

El dolor todavía cubre estas ruinas.
Se siente un sufrimiento silencioso
atravesando las calles desiertas.

Los muros escombrosos todavía recuerdan
la iglesia sigue escuchando los gritos,
los aullidos, dolores. Las llamas.

Metales viejos,
puertas despostilladas,
paredes ennegrecidas,
Casas vacías.
En este lugar nunca se volverá a oír una risa.

Ese día de julio sucedió una atrocidad.
No hay que olvidar de lo que el ser humano es capaz.

SOUVIENS-TOI ~ REMEMBER

sábado, 24 de octubre de 2009

Nightmare

El primer poema serio que escribí, hace ya más de 3 años, para una clase de ingles en la escuela...


Nightmare


I’m lost in the dark,
I can’t see anything,
I don’t know were I am
I want to leave, but I can’t.

It’s cold and wet,
I don’t see any hope to survive.
My body is numb,
I can’t move, I can’t feel.

Suddenly, I wake up.
I realize I’m alive,
I can see, I can feel,
I’m free…

lunes, 12 de octubre de 2009

Vida

Bum, bum, bum…
El corazón, un pulso. La vida expresándose.

Recuerdo esa tarde, en tu casa
Cuando lloraste. Ahí a mi lado, en la cama.

Veo imágenes, rostros, y lugares.
Oigo risas, y cada una de las canciones que han marcado mi vida.
Son muchas…

Un niño llorando de regreso a su casa,
Frustrado por la vida, por el sufrimiento.
La vida puede doler.

Ahí, de viaje,
Sonriendo por las calles coloniales,
Agarrados de la mano.
Ese sentimiento que te llena,
Que te mueve.

Esos ojos,
Tantos ojos.
Verdes, oscuros, azul claro, profundos, color cielo tormentoso…
Cuantos diferentes pares de ojos me han marcado, importado, enamorado.

Pasan los minutos,
Las horas
Semanas…
Otro mes se fue.

El orgullo del éxito,
Cuando estás ahí, enfrente.
Mostrando tus frutos, el resultado de tu esfuerzo.

Todas las pláticas,
Los juegos de cartas,
Las fiestas,
Momentos inolvidables con los amigos.
Tantos amigos.

El dolor de amar,
Sin ser correspondido.

Cuando tus planes no funcionan.
Cuando estás en el hoyo.

Afortunadamente todo está en constante movimiento,
Las situaciones cambian.
Vuelves a subir,
Y lo más seguro es que en algún otro punto vuelvas a bajar.
Pero todo se mueve.

El tiempo pasa,
La vida continua,
Cosas nuevas vienen
Algunas conocidas se van
Y otras permanecen.

Pero los recuerdos siempre estarán ahí.
La vida, tú vida, transcurre dejando huella.

Me veo de nuevo en ese terreno,
Haciendo ese tipo de locuras que los niños hacen.
Jugando con fuego,
Construyendo, destruyendo.
Riendo con los mejores amigos.

Mi primer beso,
Con prácticamente una desconocida…

Las lecciones de la vida,
Mirándome de frente.
Esos momentos y experiencias, que te cambian,
Te moldean, haciéndote crecer.

Ese lugar,
Ese cielo.
Tu luna.

Cada relación, cada pelea, cada risa.
Un torbellino de imágenes, situaciones y momentos

Cierro los ojos y todos esos recuerdos regresan.
Un recuento de mi vida.
Cada instante importante, esas cosas que te marcan,
Esos tiempos del pasado que atesoro.

No me arrepiento.
He tenido una vida increíble.


A Ferran, Anais, Daniel, Diego, Champi, Juan Pablo, Vero, Estefanía, Dania, Iván, Carlo, Xiomara, Ale, Pablo, Viri, Greta, Omar, Leslie y a aquellos otros que han marcado mi vida: Gracias.

domingo, 30 de agosto de 2009

El puente


Oigo la música sobre el puente,
disfruto la velada.
Veo pasar gente, perros y bicicletas.
Historias, cuentos, sueños.
Sentado en la banqueta, oigo la música.

El guitarrista toca y canta a mi lado,
la luna penosa se asoma.
Y soy feliz, simplemente disfrutando el momento.
El pasar del tiempo,
el sentimiento del aire nocturnos sobre mi cara.
Me gusta y soy feliz.

jueves, 13 de agosto de 2009

Trotamundos


Viajo,
llego,
estoy,
me voy…

Recorro calles,
conozco gente,
conozco lugares.
Descubro.
Crezco…

Trabajar,
caminar,
salir,
tomar,
experimentar,
comer,
nadar,
imaginar,
extrañar,
gastar,
fotografiar.
Vivir.

martes, 5 de mayo de 2009

¿Por qué?

Acá les pongo una minificción, si se le puede llamar así, que hice el año pasado, a ver que piensan...

¿Por qué?

Desperté. Seguía enojada con él, ¿por qué lo hizo, por qué actuó como un verdadero estúpido? Fue realmente inmaduro de su parte, y realmente no entiendo sus razones. Honestamente ya ni me entiendo a mi misma, son demasiadas emociones y sentimientos en tan poco tiempo.

Me levanté de la cama y me dirigí a la ventana a un costado del tocador. Era una mañana lluviosa y fría, esto me alegro ligeramente, pues días como estos son mis favoritos. Fui a la cocina y prepare café, al sentarme en la mesa encontré su carta, justo donde la dejé anoche. La leí nuevamente y una lágrima recorrió lentamente mi mejilla.

Salí de la casa, fui a pasear al parque de al lado; necesitaba aire, un cigarro y pensar, pensar… ¿Por qué se fue?, ¿realmente así lo deseaba?, me preguntaba al ver las hojas secas caer sobre la gravilla mojada. El frió y la llovizna me hicieron dirigirme al bistro de la esquina por el segundo café del día.

¿Qué fue lo que lo convenció de hacerlo?, ¿habré sido yo? Fue muy egoísta de su parte; el ni siquiera pensar en mi, en cómo esto me afectaría. Siento que me estoy volviendo loca, y todo por su culpa, por la pendejada que hizo.

Pero a la vez me siento mal por pensar eso, por culparlo, y por no entenderlo, ¿Por qué no lo entiendo?, ¿por qué lo hizo?, ¿y cómo puede ser que no lo vi venir? Me siento terrible por estar enojada con él, eso es incluso más egoísta de mi parte. Y todo es parte de un gran círculo vicioso, por el cual no puedo simplemente olvidarlo, y continuar con mi vida, pues cada nueva mañana es un día más desde que pasó. ¿Pero cómo continuar? Estoy deshecha, no puedo vivir sin él, lo amaba demasiado. Creí que él sentía lo mismo, que era feliz, y que nunca se hubiera ido como lo hizo.

Pagué mi café y salí a la calle, seguía chispeando. Lentamente comencé a deambular sin rumbo, pasando calles, personas y edificios. Todo me parecía indiferente, yo solo quería estar con él de nuevo, tenerlo en mis brazos como si nada hubiera pasado.

En un cierto momento, me encontré en el cementerio, e inconscientemente me dirigí frente a su lapida. Las lágrimas inundaron mis ojos y caí de rodillas frente a la piedra fría y gris, –¿Por qué lo hiciste, por qué decidiste irte de esta vida?


Saludos

lunes, 20 de abril de 2009

Reflexión ecológica

El planeta esta jodido, muy jodido. Temperaturas en alza, animales en peligro de extinción, contaminación, destrucción de ecosistemas, sobreexplotación y demás atrocidades por el estilo. Nosotros somos los responsables.

A lo largo de la historia el ser humano siempre se ha destacado por saber utilizar y aprovechar al máximo los recursos que lo rodean y por poder modificar su entorno para su propia comodidad y supervivencia, de hecho, estas dos cualidades son de las que nos diferencian de los demás animales. Todo estaba muy bien, medido y sin salirse de control, hasta que un evento desencadeno lo que vendría convirtiéndose en el peor enemigo de la naturaleza. Este evento: la Revolución Industrial.

A partir de ahí, el hombre cada vez depende más de la tecnología, necesita más recursos y produce más desechos y contaminación, llegando al punto en el que estamos hoy en día. Ese punto es en el cual ya estamos concientes de que el planeta esta fregado y que es por nuestra culpa, pero también es un punto del cual ya no hay retorno. Ya no se puede parar a esa bestia consumista y contaminadora que se ha convertido la humanidad. El daño ya esta hecho.

Estamos en un punto en donde más que reparar los errores del pasado (lo cual desafortunadamente ya es imposible) necesitamos disminuir el impacto, alargar la vida tal como la conocemos, en otras palabras evitar que todo se valla al queque tan rápido. Pues dos cosas son seguras, primero: nada es eterno, y segundo: la vida en el planeta continuará de una forma o otra, por más que el hombre lastime al planeta en extremo.


Hace unos cuantos meses leí un libro que me pareció muy bueno, y también muy adecuado para estos tiempos que nos toco vivir, pues te hace ver las cosas desde otra perspectiva. Se trata de The world without us del periodista norteamericano Alan Weisman. Lo que el autor plantea en este trabajo es qué pasaría con la tierra y la vida contenida dentro de esta, si de repente la raza humana dejara de existir, así nomás, de un día para otro, ¡puff!, no más humanos.

Muchas cosas pasarían, eso seguro, algunas tomarían más tiempo que otras, pero un montón de eventos tendrían lugar debido a la carencia de seres humanos. Weisman a través del libro va desarrollando cada aspecto de todos esos “legados” que la humanidad le dejaría al planeta.

Habla del efecto que tendrían todos los plásticos y la contaminación ya existentes. ¿Qué seria de las ciudades y todas las construcciones humanas? ¿Cómo reaccionarían todas las plantas nucleares, una vez que sean abandonadas, y que impacto tendrían? Esos son algunos de los temas que trata el libro, que a final de cuentas viene siendo un tipo de recuento de que tanto daño le hemos hecho al planeta y por cuanto tiempo nuestras acciones tendrán repercusiones notables.

A mí en lo personal me hizo llegar a la conclusión de que la opción ecológica más radical que alguien pude tomar, por más fría que sea, seria pegarse un tiro en el momento, así ayudando a que la peor especie del planeta se extinga de una vez por todas y deje a la naturaleza en paz. Bueno, de hecho seria mejor enterrarse vivo, pues así a la vez estarías fertilizando el suelo.

Obviamente esa opción es bastante extrema y poco realista, es algo impensable, ilógico y tonto, pues para el ser humano su existencia y comodidad es más importante que la naturaleza y todo lo demás. Así que más bien, en vez de empezar a matar a todo mundo, tenemos que buscar alternativas, nuevas formas de vivir que no afecten tanto a nuestro planeta, disminuir el impacto, cuidar a nuestra madre tierra, reciclar, yo qué se, pero algo se tiene que hacer, algo nuevo y más radical que todo lo que se ha tratado hasta ahora. Hay que conscientizar a la gente en serio.

También he llegado a pensar que la crisis mundial actual y el grave tambaleo de EUA y el sistema capitalista son una oportunidad. Una nueva chance para empezar de nuevo, cambiar hábitos, hacerle ver a la gente que el viejo sistema de vida no es el adecuado, que hay que dejar las viejas costumbres e inventar algo nuevo, ser responsables y encontrar una forma de convivencia entre humanos y naturaleza. Es momento de crear.

¡Saludos!

miércoles, 4 de febrero de 2009

Un Vaso



El vaso estaba situado sobre la mesa, llevaba ahí desde la noche anterior, donde su dueño lo había dejado antes de retirarse a la cama. Se encontraba realmente confundido, sentía un vació dentro de él, cosa poco rara en un vaso, pero esto era algo más. Se sentía solo, viejo y sin motivo. En resumen: el vaso estaba deprimido.
Algo que lo hacia sentirse peor aún era que realmente no le veía bases ni fundamentos a su depresión; era usado con regularidad y no lo maltrataban, llevaba una vida tranquila y sin preocupaciones. Pero de todas formas se encontraba mal, no estaba feliz con su vida y no sabia exactamente por qué. Pero se sentía mal, eso seguro.
Esto no era nuevo, llevaba ya rato oprimiéndolo, había tratado de ponerle fin a su soledad tratando de entablar conversación con los demás vasos y la vajilla. Pero las cosas que cuenta un tenedor le parecieron tediosas y banales.
–Eso es todo– pensó, –tengo que hacer algo al respecto, ya no aguanto más.–

Juan se estremeció al repentinamente oír el estrépito de vidrio rompiéndose, se paró y fue a su comedor, viendo a su gato escabullirse rumbo a la cocina –¡Baltasar!, ¿Qué has hecho?– le dijo disgustado, dirigiéndose lentamente por una escoba para recoger los trozos de cristal.

martes, 2 de diciembre de 2008

Espectro

Me aproximo.
Veo en el espejo,
No hay nada.

Cierro los ojos,
Respiro hondo
Y los vuelvo a abrir,
Nada.

Levanto mi mano derecha,
Trato de tocar mi cara,
Pero solo hay vacío.
Un vacío interminable que me ha devorado.

No lo puedo creer,
Miro a mí alrededor en desesperación
Nada, nadie, nunca.
Hecho a correr.
Escapando de la realidad.

Corro y corro.
Hasta que te encuentro a ti,
Si, a ti,
Simplemente tú,
Parada superfluamente
Viendo mi cadáver solitario en el asfalto…
Noviembre 2007